EMPATE DE PRIMÍPAROS: UN EQUIPO DE GOBIERNO INEXPERTO Y UNA OPOSICIÓN APRENDIZ.

El actual gobierno de Colombia y su oposición están en un proceso de aprendizaje donde ambos bandos enfrentan serios desafíos en liderazgo y gestión.

Óscar González AranaÓscar González Arana
EMPATE DE PRIMÍPAROS

Quienes hoy gobiernan en Colombia, no saben gobernar. Quienes hacen oposición no saben hacerla. Ambos bandos están en un angustioso proceso de aprendizaje, sabiendo que no hay mucho tiempo para alcanzar calificaciones suficientes. Pronto será el examen final, los logros son frágiles y ambos empatan en el nivel de ineficiencia.

Un empate es definido como el resultado en donde un número plural de contrincantes obtiene los mismos puntos. En nuestro caso, la competencia democrática es entre quienes gobiernan y quienes hacen oposición. Ambos hoy han puesto en evidencia su verdadero nivel de incompetencia.1

En términos de Peter, ambos bandos en competencia han logrado mostrar sus capacidades de manera que ya han tocado el techo de su verdadero potencial, es decir, han alcanzado su nivel de incompetencia y, como la leche cuando se calienta, se han convertido en la nata que sube y sube hasta la superficie, pero ya nada aporta y a veces ni se nota.

El equipo de gobierno del Presidente Petro asumió sus funciones sin tener la capacitación y la experiencia necesaria para conducir los complejos asuntos de Estado. Esto era previsible, considerando que un gobierno de izquierda en Colombia estaría liderado por fuerzas políticas que jamás habían tenido la oportunidad de gobernar.

Esa inevitable falencia no se superó con la necesaria preparación académica y profesional. Adicionalmente, para agravar la carencia, se ha nombrado funcionarios que pareciera que están aprendiendo a hablar y a escribir. Basta considerar el profundo anonimato de la mayoría de los Ministros, la mediocridad de sus actuaciones y la superficialidad de su argumentación. Lo común en el Gabinete Ministerial es la parquedad de las declaraciones públicas, la incapacidad de comunicar y la debilidad para razonar en el debate público. Es común ver al Señor Presidente hablando, argumentando y dando el debate con suficiencia, mientras el Ministro del ramo calla olímpicamente. Y más que una crítica, es el reconocimiento de una realidad que me lleva a recordar el aforismo legal, que bien nos viene a colación: “Nemo dat quod non habet”, que literalmente significa "nadie puede dar lo que no tiene".

Igualmente es necesario recordar que en el equipo de gobierno hay aliados provenientes del centro político, aunque cada vez son menos, que sí han tenido la experiencia de gobernar. Esto ha ayudado mucho, pero no ha sido suficiente.

El tiempo va pasando y día a día se va conociendo la complejidad de la función pública. Quienes viven en la esfera del mundo privado no alcanzan fácilmente a comprender lo intrincado que es el mundo del Estado y de la cosa pública, en donde los procesos de toma de decisiones y ejecución son excesivamente enrevesados. Las normas legales alimentan las ritualidades y la burocracia. Y lo más grave, el funcionario sabe que sobre su cabeza, segundo a segundo, pende la espada perversa de unos Organismos de Control, que usualmente son armas de implacable persecución política, que investigan, juzgan y fallan en un solo escenario, tradicionalmente dirigido por operadores al servicio de opacos intereses. Ridículo ver a quien fuese Ministra y vocera de las Derechas, fungiendo como Procuradora, para juzgar a los Ministros y funcionarios del Gobierno Progresista. Y este tipo de realidades afecta sustancialmente la calidad de la función pública.

El denominado síndrome de las “ias” es una realidad que afecta mucho a los primíparos. Todo esto se verifica, por ejemplo, en la ejecución del Presupuesto General de la Nación, que cerró el 2024 en 83,1%, siendo la cifra más baja desde que se tienen registros en los últimos 25 años.2

Y para colmo de males, hay en el Gabinete Ministerial y en otras entidades altos funcionarios que se identifican con las Izquierdas, y en ellos ha rondado lo que en 1920, en un conocido ensayo, Lenin denominó “la enfermedad infantil del izquierdismo”, en el cual defiende la necesidad de establecer acuerdos y llegar a compromisos. En el capítulo 9, el objetivo de la crítica son los izquierdistas ingleses, censurados por negarse a comprometerse con el Partido Laborista Reformista, que congregó a la mayoría de la clase obrera inglesa.

En el gobierno nacional hay quienes se creen puros y bendecidos y de manera oportunista, en elecciones convocan a aliados, los acogen y reciben sus apoyos, pero cuando se triunfa y se ejerce el gobierno, comienzan a descubrir los defectos en sus aliados, no dudando en señalarlos y excluirlos. El fuego amigo permite establecer que el individualismo prima por sobre el sentido colectivo de la militancia en un bloque histórico3. No hay nada más importante que la opinión propia y no hay reparo en expresar sin filtro, porque primero yo, segundo yo y lo demás no les concierne a tales hablantines. Vale la pena que lean algo de Gramcsi para abrevar en lo que consiste la construcción colectiva de un proyecto y el papel del individuo.

Es tal el grado de las primiparadas, que no se vacila en criticar abiertamente una decisión del Señor Presidente, pero manteniendo el criterio de quienes primero cuidan el puesto. El manual enseña que, cuando no se comparten las decisiones del superior jerárquico, debo irme y punto redondo.

De gobernar sí saben mucho las Derechas. Los que siempre han gobernado han aprendido a hacerlo, mal o bien, han gobernado. Y de generación en generación han logrado una verdadera sucesión generacional y un aprendizaje casi perpetuo. Hasta que les llegó la derrota.

Pero si por las esferas gubernamentales llueve, por los lares de la oposición no escampa.

Una de las primeras características de los primíparos de la oposición es su dispersión, que nos lleva a preguntar si es pertinente hablar de oposición en singular. Parece que la dispersión indica que sería apropiado hablar de “las oposiciones”. Un sector lo constituyen las Derechas y dentro de ellas hay diferencias, por ejemplo entre Gaviria y Uribe. Otro sector son los conversos que toda la vida militaron en la izquierda, como en el Moir y en el M-19. Igualmente encontramos en la oposición sectores del centro político, que han abandonado su centro, habiendo girado a la derecha cuando decidieron abandonar la independencia frente al gobierno, para militar en las filas de la oposición.

En este bloque opositor igualmente están algunos verdes, conservadores y toda una mixtura de fuerzas que se identifican, unos en un verdadero odio y otros en diferencias políticas que van desde criterios razonables, hasta contradicciones fundamentales e inclusive quienes consideran a quienes gobiernan, no como sus contradictores, sino como sus enemigos.

Con pocas excepciones, la mayoría nunca en su vida han hecho una verdadera oposición y están haciendo un doloroso y costoso curso de aprendizaje. Comenzaron con una gran movilización en las calles que se fue esfumando tan rápido como la ilusión de que el gobierno se caería la próxima semana. Comenzaron con el “..Fuera Petro…!” y dos años después siguen con las mismas, no habiendo podido construir un cuerpo de doctrina coherente que sintetice su pensamiento. No tienen un Programa de Gobierno con sus propuestas de cambio, es decir, no han revelado cómo sería el cambio del Cambio.

El ideal platónico4 nos sugiere que debería haber un intercambio de saberes. Unos le enseñan a otros a gobernar, al tiempo que los otros le enseñan a los unos a hacer oposición. Quien gobierne debe estar absolutamente convencido que mañana va a ser la oposición y no olvidar jamás que la vara de medir será igual para todos. Nadie nace destinado únicamente para gobernar o para ser oposición. La oportunidad es alternada para todos.

Pero el artificio se resolverá en el escenario democrático. ¿Cuál de los aprendices logrará romper el empate de primíparos? ¿Quién aprenderá más pronto y con mayor eficiencia? El jurado ya está escogido, serán los electores y el fallo se emitirá en mayo de 2026.

  1. En una jerarquía, todo empleado tiende a ascender hasta su nivel de incompetencia: la nata sube hasta cortarse. Laurence J. Peter. Laurence. 1975.
  2. Además, si no se tiene en cuenta el servicio de la deuda, la ejecución fue del 81 por ciento. Según asegura la propia cartera de Hacienda, esta cifra representa 7,8 puntos menos que el promedio histórico registrado para el periodo 2000-2023 (75,2 %). Adicionalmente, esta es la cifra más baja desde que se tienen registros en los últimos 25 años.
  3. Para Gramsci, lo que hace a un grupo social "dirigente" es la creación de una concepción del mundo. La fundación de una clase dirigente (por ejemplo, de un Estado) es equivalente a la creación de una Weltanschauung.
  4. El idealismo platónico es una forma de realismo que propone que las ideas son entidades independientes que forman el mundo de las ideas. Este mundo se puede acceder a través del intelecto, no de los sentidos.